Nota: Mensaje recibido en razón del encuentro realizado en Miramar, Buenos Aires, Argentina.
Hijitas e hijitos míos,
Os doy las gracias por responder a mi llamada, que es siempre la llamada del amor. Mi corazón os invita a vivir en la unidad, a permanecer unidos en comunión. Recordad, como os he dicho, que son tiempos de reunir al rebaño. Tiempos de integración de lo femenino y lo masculino en una unidad que es expresión de la unión de la mente y el corazón en la santidad del ser.
Una lluvia de bendiciones se derrama sobre vosotros y vuestras familias. Y por medio de vuestro sí al amor de la Madre de los vivientes, al mundo entero. Estaré presente en vuestros hogares, caminaré con vosotros todos los días, vayáis donde vayáis.
En verdad, en verdad os digo que ha llegado el tiempo en que las hijas e hijos de la luz salen a la luz. Con amor y ternura os pido. Dadme vuestra voz, vuestra humanidad, vuestra vida entera. Y juntos haremos grandes milagros. Crearemos un nuevo cielo y una nueva tierra. Seremos testigos vivientes de la belleza de la vida en toda su gloria, magnificencia, y esplendor.
Os recuerdo una vez más. No os entremezcléis en conversaciones que os roban la paz y la alegría sincera, pues ellas no proceden de Cristo. Más bien, permaneced unidos al amor que sois en verdad. Dejaos amar, para que el amor os siga transformando en más amor y más luz verdadera. Cread grupos donde la verdad sea honrada y el amor vivido. Así es como se extiende la gracia divina en estos nuevos tiempos. Tiempos de unidad. Tiempos de María. Tiempos en que Cristo se manifiesta en unión y relación.
Abrid vuestras casas, como símbolo de la apertura de vuestros corazones, para compartir la buena nueva. Y de ese modo, extender juntos el movimiento del amor hermoso. Os aseguro, amados hijos e hijas mías, que cada vez que dos o más os reunáis en nombre del amor, allí estaré yo. Viva y presente, junto a mi divino Hijo Jesús, los ángeles del cielo, y el Espíritu de sabiduría y verdad.
La madre llama. La hija responde. La creación se alegra. El amor se hace humanidad.
El que pueda entender que entienda. Y el que no, que confíe.
Os bendigo en el amor que es siempre verdad.