Este es un compartir / pregunta.
En esta etapa que estoy transitando; siento que como facilitadora de cursos y enseñanzas y consultora en mi trabajo donde las personas acuden para su despertar espiritual o para que les ayude en sus problemas sobre relaciones, trabajo, etc. Tengo una crisis al respecto ya que siento que por un lado quiero ayudar, pero por otro sé que “yo” como Rosa no puedo hacerlo, así pues, mi función es facilitar que la persona encuentre su propia ayuda o respuesta. A veces siento que se me dificulta mantenerme al margen y estoy forzando el “no intervenir”, hasta qué punto eso no es también una reacción del patrón de miedo ¿? Ahí lo dejo para reflexión…
Y cómo es posible, que facilitadores de cursos; inclusos de cursos espirituales como Un curso de milagros o Un curso de Amor, pueden encontrarse en esta misma confusión (podemos llamarla confusión de niveles mentales, yo persona y yo alma) y como expresar esto en la forma desde el Ser. Abro este compartir o pregunta para que surja entre nosotros la respuesta unida de la mente y el corazón en el diálogo.
También puede ser una propuesta para dialogar sobre ella en los encuentros del martes.
Gracias por este espacio.
Gracias Susan por tu comentario. Ayer justo en el encuentro no se tocó específicamente con palabras este tema, pero el encuentro en si mismo fue la Respuesta. Ya que en ella compartimos como Uno. Para mi fue el modo mas claro de comprender lo que pedía en la pregunta, ya que el encuentro fue una experiencia viva de la Respuesta. Mil Gracias.
Estoy haciendo un curso de facilitación y nos proponen confiar que la COMPRENSIÓN es la que sana, para lo cual debe haber honestidad entre el cliente ( por llamarlo de algún modo ) y el facilitador. Plena confianza en entregar la herida que es la misma en todos.........hermoso tema ¡¡¡
Queridísima Rosa,
Gracias por compartir tu camino espiritual. Creo que el tema que planteas es de gran relevancia. De hecho, no me imagino uno más significativo que este, dado lo que conlleva. El martes 12 de octubre es el Encuentro Santo en español, podríamos abordar esta cuestión, si sentís el deseo de hacerlo. En el diálogo siempre brilla la verdad. De modo tal que la respuesta se hará presente.
En razón de tu pregunta, he decidido publicar el capítulo 3.30 de la revelación "Desde el corazón de un Ángel", el cual forma parte de la obra denominada "Trilogía del corazón". La misma, será publicada después de la serie de "Elige solo el amor", pero es parcialmente compartida - como anticipo - en el Blog "Soplo de amor vivo" que figura en la web.
Algunas reflexiones, basadas en lo que nos dice Elige solo el amor:
Un punto relevante - al menos en mi modo de entender - es que la invitación de Cristo, dentro del contexto de "Elige solo el amor", es a co-crear lo nuevo junto con Él. De tal manera que lo viejo es resignificado. La cuestión parece no residir tanto en el tema de ser maestros o no, sino en qué tipo de relación establecemos. Ya Jesús lo dijo hace 2.000 años, en ese diálogo lleno de belleza en el que dice "...¿por qué me llamáis maestro?... Solo hay un maestro..."
Para "Elige solo el amor", la relación lo es todo en lo nuevo, porque de eso se trata el amor. Por lo tanto, la llamada que nos hace es a compartir la sabiduría del corazón que existe en uno, no como alguien superior, sino como lo que somos, parte de la totalidad. Todos iguales en el ser, y diferentes en la expresión.
Compartir es la esencia del amor, de manera tal que el llamamiento no es a dejar de extender el saber que nos es dado, sino todo lo contrario. Compartir es extender. No enseñamos, según el modo de entender este concepto en el viejo modo de pensar. Lo que hacemos es entrar en el diálogo, o mejor dicho facilitarlo, de modo que la verdad pueda hacer acto de presencia. Esto es lo que significa cuando Jesús nos repite en retiradas oportunidades en Elige solo el amor:
Los facilitadores del diálogo son los nuevos medios del Espíritu Santo para revelarse a la humanidad. Por eso Cristo nos dice en Elige solo el amor
¿De qué otro modo podríamos salir fuera, sino extendiendo el conocimiento? ¿Acaso no es eso lo que somos, la expresión viva del conocimiento de Dios? Ya no extendemos información, doctrinas o ideas. No buscamos convencer a nadie de nada. Simplemente extendemos lo que somos. Tal como lo hicieron Jesús y María. Dado que somos sabiduría y verdad, porque somos amor, lo que hacemos en lo nuevo es permitir que nuestro ser se manifieste en nuestra humanidad. Es decir, nos damos. Al darnos, alcanzamos la plenitud del ser.
Con amor en Cristo,